Niños Índigo

Hace algunos años, la gente comenzó a hablar sobre problemas específicos que tenía con sus niños. 

Se comenzó a escuchar cada vez más acerca de un nuevo tipo de niño, o por lo menos, un nuevo tipo de problema para los padres. Las dificultades de intercambio entre el adulto y el niño eran de naturaleza extraña, diferente de lo que nuestra generación había experimentado.
No se consideró relevante hasta que se comenzó a escuchar de profesionales que trataban específicamente con niños.
Cuando estos “nuevos” problemas se agudizaron, se presentó una abrumadora propensión a resolver el asunto medicando al niño.

Este no es un fenómeno local. Profesionales en el tema lo han visto en todo el mundo. Y sigue en aumento.
Por sus características estos niños no encajan dentro del paradigma tradicional que cree en la evolución solamente en tiempos pasados. La idea de que podríamos estar viendo una nueva consciencia humana, manifestada en nuestros niños, va más allá del pensamiento conservador establecido.

A esta nueva consciencia humana se la llama: Niños índigo.

Un Niño Índigo es aquel que muestra una nueva e inusual serie de atributos psicológicos así como un patrón de comportamiento no documentado con anterioridad. Este patrón tiene factores comunes únicos, por los cuales aquellos que interactúan con estos niños tendrán que cambiar el modo de tratarlos, buscando un equilibrio.

Los rasgos más comunes en los Niños Índigo son:

-  Tienen dificultad con la autoridad absoluta (autoridad sin explicación o alternativa).
- Hay cosas que sencillamente no pueden hacer; por ejemplo, les cuesta mucho trabajo esperar en una fila.
-  Sienten que es importante su presencia en este mundo.
-  Se frustran con los sistemas que se basan en la costumbre y que no requieren un pensamiento creativo.
-  Con frecuencia ven mejores maneras de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo cual los hace parecer inconformes con cualquier sistema.
-  Parecen antisociales a menos que estén con los de su propia clase. Si no hay otros con una consciencia similar alrededor de ellos, con frecuencia se vuelven introvertidos, sintiendo que ningún otro ser humano los entiende. La escuela les resulta con frecuencia extremadamente difícil para socializarse.
- Estos niños no responderán a la disciplina “de culpa” (“Esperá a que llegue tu papá a casa y vea lo que has hecho”).
- Tienen alta autoestima, si alguien no los respeta ellos se hacen respetar. Creen en sí mismos.

Si bien hay rasgos comunes en todos ellos, por las variantes en sus intereses y en sus acciones se los puede dividir en: Humanistas, Conceptuales, Artistas e Interdimensionales.


Los padres o mayores que traten con estos niños deben cambiar ciertas actitudes a fin de mantener una buena relación con ellos y favorecer su desarrollo. Lo fundamental es el diálogo abierto y franco tanto para poner límites, explicando los motivos, como para saber lo que los niños necesitan.



Guillermo y Marisa Drexler
Fuente: “Los niños índigo” Carroll-Tober