En la actualidad, y a la luz de las investigaciones de los últimos años, existe un generalizado consenso de que los síntomas mentales y físicos están interconectados de tal manera que no es adecuado seguir manteniendo la tradicional dicotomía entre medicina mental y física.
Sin embargo se generaron dos líneas de pensamiento diametralmente opuestas, poniendo la responsabilidad causal de esta relación en uno u otro aspecto:
- el cuerpo es un subsistema de la mente y que es sensato considerar todos los síntomas, desde el asma hasta el cáncer, como si el síntoma fuera parcialmente generado y mantenido por causas mentales y emocionales.
- la mente es un subsistema del cuerpo, lo cual permite afrontar todos los síntomas mentales. Estos síntomas son los delirios, fobias, etc., como si fueran estados generados y mantenidos parcialmente por causas físicas (ambientales, de nutrición, constitucionales).
La idea de tratar solamente el cuerpo o solamente la mente, se considera falta de realismo y carente de justificación empírica.
La resolución de estas 2 corrientes convergentes es claramente visible en la reorganización que está llevándose a cambio dentro de la medicina denominada “holística” o “integral”.
Las terapias alternativas, especialmente las florales y fitoterapias, pueden adecuarse perfectamente dentro de este encuadre holístico. Lo mismo puede decirse de la psicología transpersonal que considera a la persona como un todo indivisible (individuo) en el que conviven historia, creencias, presente y proyectos y aspiraciones.
Guillermo y Marisa Drexler
